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Sharing solutions for energy transitions: A view from both sides of the Atlantic

El Club Español de la Energía (Enerclub), ha celebrado la jornada “sharing solutions for energy transitions: a view from both sides of the atlantic”, con el patrocinio de Naturgy, centrándose en tres áreas en materia de clima que sustentan la transición energética: el cambio de modelo energético, su financiación y la incorporación de la perspectiva de género. La sesión, fue inaugurada por Miguel Antoñanzas, presidente de Enerclub

En el encuentro, que contó con la asistencia de más de 50 personas, participaron expertos del ámbito financiero, energético, académico y empresarial, como Andrés Alonso, de la División de Innovación Financiera del Banco de España; Bárbara Buchner, Executive Director, Climate Finance of Climate Policy Initiative;  Arcadio Gutiérrez, director general de Enerclub; Claudio Aranzadi, Ex Minister of Industry and Energy; José Medeiros, secretario general  de APREN; Claudio Seebach, Executive President de Generadores de Chile; Carlos González, director de Desarrollo de Generación de Naturgy; Pedro Linares, del departamento de Organización Industrial de la Universidad Pontificia de Comillas; Carmen Becerril, presidenta de la asociación de mujeres de la energía (Aemener) y Mónica Araya fundadora y directora de Costa Rica Limpia, además de representantes de EDP, Endesa, Iberdrola, Naturgy, Repsol y Viesgo.

Durante su intervención, Miguel Antoñanzas, presidente de Enerclub, señaló que “esta es una ocasión especial para nosotros, en la que por primera vez se celebra una COP en nuestro país, y desde la Asociación, hemos querido tener un papel más activo y contribuir a hacer más participe a la sociedad de este gran reto.  A su juicio, el éxito en el cambio de modelo energético sólo será posible con la involucración de todos: “gobiernos liderando y marcando el camino, empresas apostando por la I+D+I y por la inversión, y los ciudadanos con sus decisiones cotidianas”. 

En la primera mesa, Andrés Alonso comenzó resaltando el importante papel que el sector financiero tiene en la transición energética y que será mayor en el futuro. Además, señaló la necesidad y complejidad de traducir lo que pasa en los ecosistemas al entorno económico. “Tenemos que ser capaces de trabajar con tres variables: clima, energía y economía para definir y minimizar los riesgos, tanto físicos (catástrofes naturales) como financieros (riesgo de mercado, de crédito). “En este proceso, hablamos de un modelo financiero completamente nuevo: que no sólo incluye bonos verdes, también contempla nuevos servicios e instrumentos innovadores, como bonos que vinculan los pagos o cupones asociados a la consecución de métricas de sostenibilidad”.

Por su parte, Bárbara Buchner presentó las cifras de financiación en nuevos modelos de negocio dirigidos a la lucha contra el cambio climático a nivel global, con China, India y Estados Unidos a la cabeza, que alcanzó en 2018 los 576 billones de dólares americanos, de los que más de 320 correspondieron al sector privado y el resto al sector público. Esta cantidad se destinó sobre todo a las energías renovables, pero también a la eficiencia energética y al transporte con bajas emisiones. Según la economista, a pesar del aumento de las inversiones en este campo, éstas se quedan muy cortas en relación a lo que se necesita para cumplir con el Acuerdo de París (1.6 a 3.8 trillones de dólares americanos anualmente).

En el siguiente panel, Claudio Aranzadi, ex ministro de Industria y Energía que actuó como moderador, reflexionó sobre si la tecnología estará preparada para alcanzar los objetivos globales a 2030 y 2050 y a qué coste. José Medeiros compartió la experiencia de Portugal, que hoy en día cuenta con un 25% del mix eléctrico proveniente de la eólica y explicó la subasta orientada a un criterio de oferta de precio garantizado y otro de descuento a precio de mercado que dio como resultado un precio medio de 21 euros por MW/h. La mayoría de los concurrentes prefirieron un precio garantizado, con un compromiso regulatorio de 15 años.

Claudio Seebach expuso el caso de Chile que actualmente está recuperando las inversiones en energías renovables, con el objetivo de que en 2030 tendrá una presencia del 43% en energía solar fotovoltaica y eólica. Además, ha anunciado el cierre  progresivo de sus centrales de carbón para 2040. Subrayó que es el primer país emergente que está desarrollando una estrategia para conseguir la neutralidad de carbono en 2050.  Para ello, van a restablecer sus bosques para la captura de carbono, desarrollar el transporte menos contaminante y hacer un uso residual de los combustibles fósiles en las viviendas. La estrategia exigirá más que duplicar la energía eléctrica.

Carlos González, en relación a la demanda, afirmó que “el mayor nivel de desarrollo, debe ir acompañado de mayor concienciación en los hábitos de consumo”. Como pilares básicos, citó la eficiencia energética, las renovables y la electrificación de la economía, “pero no de forma rupturista”. También indicó que los precios de las materias primas y los combustibles, influyen en el ritmo de consecución de los objetivos, así como la formación y la concienciación social. Todo este proceso requiere diálogo entre todos los agentes del sector, estabilidad regulatoria y visibilidad a medio y largo plazo, en un escenario flexible.

Por su parte, Pedro Linares destacó la innovación como una tendencia global que ayudará en este proceso de transición, “aunque la electrificación solo nos llevará hasta la primera mitad del recorrido. En la segunda mitad, el mayor reto que tenemos por delante, influirá el cambio de comportamiento, asociado a la eficiencia y el ahorro, y la industria”. Destacó la importancia de la cooperación entre países para el desarrollo de las tecnologías necesarias, y la necesidad de una política industrial y de innovación que sea inteligente.

En la mesa sobre sociedad y perspectiva de género, Carmen Becerril afirmó que la verdadera protagonista de la transición energética es la sociedad y aquí enmarcó el papel de la mujer. Reiteró la necesidad de explicar y dar a conocer a la sociedad qué respuestas podemos dar al cambio climático porque “actualmente hay más conciencia del problema que de la solución”. Añadió que el debate sobre el cambio climático cuestiona también en qué medida estamos dispuestos los ciudadanos a cambiar nuestros hábitos de consumo.

Para Mónica Araya: “la descarbonización en mi país está bien encarrilada, sin embargo, esto no se traduce a la sociedad” y aboga por hacer el proceso a la inversa, preguntar a la gente qué les importa y posteriormente, elaborar el plan de descarbonización. “Contando con el apoyo de la sociedad, el proceso se podrá llevar a cabo de forma más rápida y eficiente”. Explicó las principales líneas de acción sobre este plan, destacando la importancia de atraer inversión.


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