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Presentación: Net Zero to 2050. A Roadmap for the Global Energy Sector

El pasado 1 de junio tuvo lugar la jornada organizada por el Club Español de la Energía (Enerclub), en la que se presentó el informe “Net Zero by 2050”, elaborado por la Agencia Internacional de la Energía. En el encuentro, intervinieron Laura Cozzi, Chief Energy Modeler y Araceli Fernández, Senior Energy Technology Analyst, ambas de la Agencia Internacional de la Energía, acompañadas por Arcadio Gutiérrez, director general de Enerclub.

Durante la apertura del webinar, Arcadio Gutiérrez, destacó que este informe fue solicitado a la Agencia Internacional de la Energía por la Presidencia de la COP26 del gobierno del Reino Unido, de cara a la cumbre de Glasgow que se celebrará el próximo mes de noviembre y en la que se debatirá la senda a recorrer para alcanzar las cero emisiones netas en 2050 y los pasos previos y necesarios en 2030.

Net Zero by 2050

Esta publicación ofrece una visión global de cómo realizar la transición hacia un sistema de energía de cero emisiones netas para 2050, garantizando un suministro energético estable y asequible, acceso universal a la energía y un crecimiento económico sólido. Establece un camino rentable y productivo, que generaría millones de empleos. El resultado, una economía limpia, dinámica y resistente, con la energía solar y eólica como protagonistas. El informe también examina las principales incertidumbres, como las funciones de la bioenergía, la captura de carbono y los cambios de comportamiento para alcanzar el cero neto.

Según la Agencia Internacional de la Energía, los objetivos marcados actualmente por los gobiernos, aunque se cumplieran al 100%, no serían suficientes para alcanzar la neutralidad climática. Para las expertas de la AIE, esta oportunidad existe y es viable, pero requiere una transformación sin precedentes de cómo se produce, transporta y usa la energía a nivel mundial. Probablemente, sea el mayor desafío al que se ha enfrentado la humanidad, y precisa de una cooperación internacional mucho mayor.

Esta hoja de ruta de la AIE establece más de 400 hitos para alcanzar las cero emisiones netas en 2050, entre ellos: no realizar ya ninguna inversión en nuevos proyectos de suministro de combustibles fósiles. A partir de 2035, no vender nuevos turismos con motor de combustión interna y en 2040, el sector eléctrico mundial debería alcanzar las emisiones netas cero.

A corto plazo, el informe describe una “ruta neta cero” que requiere el despliegue inmediato y masivo de todas las tecnologías disponibles limpias y eficientes, junto a un fuerte impulso de la innovación.

Para conseguirlo, establece, en primer lugar, que la capacidad de energía solar fotovoltaica y eólica debería multiplicarse por cuatro, alcanzando los 630 gigavatios y los 390 gigavatios, respectivamente, en 2030. Las dos tecnologías juntas, supondrían cuatro veces el nivel máximo instalado en 2020. En segundo lugar, multiplicar por dieciocho la venta de vehículos eléctricos y por último, aumentar la eficiencia energética en tres veces el promedio de las últimas dos décadas, lo que daría como resultado una mejora promedio anual del 4% hasta 2030.

La mayoría de las reducciones globales en las emisiones de CO2 hasta 2030, provendrán de tecnologías disponibles en la actualidad, pero a partir de ese año, serán tecnologías que actualmente se encuentran en fase experimental. Por esta razón, los gobiernos deberán aumentar y priorizar la inversión en investigación y desarrollo, así como avanzar en tecnologías renovables, situándolas en el centro de la política energética y climática.

La AIE aconseja progresar en las baterías avanzadas, los electrolizadores para hidrógeno y en la captura directa y almacenamiento de CO2.

Otra de las conclusiones del informe, según indicaron las responsables de la Agencia, es que no se puede lograr una transición de tal calado y velocidad, sin la participación de los ciudadanos. La transición a una energía de cero emisiones netas es una gran oportunidad para las personas, pero también para la economía. La transición debe ser justa e inclusiva, sin dejar a nadie atrás.

En el escenario de cero emisiones netas, la inversión anual en energía aumentaría a 5 billones de dólares para 2030 (USD 5 trillion), lo que supondría añadir 0,4 puntos porcentuales más cada año al crecimiento del PIB mundial, según un análisis conjunto de la AIE y el Fondo Monetario Internacional.

Esta inversión adicional, crearía millones de puestos de trabajo en energías limpias, incluida la eficiencia energética, así como en las industrias de ingeniería, fabricación y construcción, pero será necesario impulsar políticas inclusivas que apoyen la reconversión y la diversificación en comunidades dependientes de combustibles fósiles. Además, en este escenario, el PIB mundial sería un 4% más elevado en 2030 que las estimaciones basadas en las tendencias actuales.

La Energía en 2050

Si se cumpliese esta hoja de ruta, en 2050 la demanda mundial de energía sería un 8% menor que en la actualidad, con una economía que representaría más del doble y una población con dos mil millones de personas más. Casi el 90% de la generación de electricidad provendría de fuentes renovables y la energía eólica y solar fotovoltaica supondrían juntas casi el 70%. La mayor parte del resto vendría de la energía nuclear. La energía solar sería la mayor fuente de suministro energético global. Los combustibles fósiles caerían de las cuatro quintas partes que representan del suministro de energía actual, a poco más de una quinta parte. Su uso se limitaría a los plásticos, en instalaciones con captura de carbono y en sectores donde las opciones tecnológicas de bajas emisiones fueran escasas.

Laura Cozzi y Araceli Fernández añadieron que, en este proceso, surgirán nuevos desafíos relativos a la seguridad energética. La menor producción de petróleo y gas natural impactará en los países y empresas que producen estos combustibles. El suministro se concentrará cada vez más en un pequeño número de productores de bajo coste. La participación de la OPEP en el suministro mundial de petróleo pasará del 37% en los últimos años al 52% en 2050, el nivel más alto en la historia de los mercados petroleros.
Otro de los desafíos a los que se han referido, es la flexibilidad del sistema eléctrico, para lo que aconsejan a los gobiernos invertir en soluciones digitales y en redes eléctricas que aporten mayor flexibilidad y permitan un suministro de electricidad adecuado y fiable.

Por último, citaron la dependencia cada vez mayor de los minerales críticos (que se multiplicará por siete en 2050), necesarios para las infraestructuras y las tecnologías renovables, que también conlleva riesgos de volatilidad de precios e interrupciones en el suministro que podrían obstaculizar la transición. Por ello, la AIE recomienda aplicar nuevos mecanismos internacionales que garanticen tanto la disponibilidad de suministro como la producción sostenible.

 

El informe está disponible en:

https://www.iea.org/reports/net-zero-by-2050


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