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IEA Global Hydrogen Review 2022

Este informe de la Agencia fue presentado el pasado 14 de octubre en la sede del Club Español de la Energía por José Miguel Bermúdez, analista en Tecnologías Energéticas, hidrógeno y combustibles derivados, de este organismo, acompañado por Arcadio Gutiérrez, director general de Enerclub

Arcadio Gutiérrez abrió la sesión indicando que este estudio analiza el progreso en la producción y demanda mundial de hidrógeno junto con la evolución de otros aspectos relacionados con las políticas, costes, regulación, inversiones, innovación o las infraestructuras necesarias para su desarrollo. Resaltó, como indica el informe, que la demanda global de hidrógeno alcanzó los 94 millones de toneladas en 2021, pero la producción de hidrógeno de bajas emisiones en todo el mundo fue menor a 1 millón de toneladas.

Global Hydrogen Review 2022

José Miguel Bermúdez comenzó su presentación refiriéndose a cómo la crisis energética provocada por la invasión rusa en Ucrania ha acelerado el impulso al hidrógeno, así como las oportunidades que ofrece para contribuir simultáneamente a los objetivos de descarbonización y mejorar la seguridad energética.

La demanda global de hidrógeno alcanzó los 94 millones de toneladas en 2021, cubierta prácticamente en su totalidad por combustibles fósiles, y superando el máximo anual anterior, que fue de 91 millones en 2019. Casi todo el aumento del año pasado se cubrió con hidrógeno producido a partir de combustibles fósiles sin captura de carbono.

Hace tan sólo un año, la Agencia preveía que la demanda global de hidrógeno podría crecer entre 105 y 120 millones de toneladas a 2030. Teniendo en cuenta las medidas actuales puestas en marcha por los gobiernos, el nuevo informe estima que la demanda mundial de hidrógeno podría alcanzar los 115 millones de toneladas para 2030. Si estas políticas climáticas se cumplieran en su totalidad, esa cifra podría aumentar a 130 millones de toneladas, de las cuales, más de una cuarta parte, se cubriría con hidrógeno de bajas emisiones.

En 2021, la producción de hidrógeno de bajas emisiones en todo el mundo fue menor a 1 millón de toneladas, proveniente de plantas que utilizan combustibles fósiles con captura, utilización y almacenamiento de carbono.

De acuerdo con el informe, en 2030 se prevé una producción de entre 16 y 24 millones de toneladas al año de hidrógeno de bajas emisiones, que puede ser producido con electrolizadores o con CCUS.

En la actualidad, la capacidad de fabricación de electrolizadores es de casi 8 GW/año y, según los anuncios de la industria, podría superar los 60 GW/año para 2030, con China y Europa a la cabeza. Pero esta producción estará vinculada a la demanda, por lo que podría haber movimientos hacia otros países como EE.UU., que apuesta por el desarrollo de estos proyectos a través de importantes ayudas y medidas políticas claras y flexibles.

El experto de la Agencia señaló que aún queda camino por recorrer para alcanzar los objetivos presentados por los países, pues para cumplirse, se debería llegar a los 34 millones de toneladas de hidrógeno de bajas emisiones en 2030. Además, para alcanzar las cero emisiones netas en 2050 a nivel mundial se requerirían alrededor de 100 millones de toneladas para 2030.

José Miguel Bermúdez también expuso en su presentación, cómo las nuevas industrias están incrementando su demanda de hidrógeno. Además de las más tradicionales como la química o el refino, también lo hacen otras como el acero o el transporte, con nuevos proyectos piloto. En el sector energético, los proyectos anunciados que utilizan hidrógeno y amoníaco rozan los 3,5 GW de capacidad potencial para 2030.

Según el estudio, con los precios actuales, el hidrógeno renovable ya podría competir con el hidrógeno proveniente de combustibles fósiles en regiones que cuentan con recursos renovables y que actualmente dependen de combustibles fósiles importados para la producción de hidrógeno.

Para terminar, el experto de la Agencia presentó algunas de las recomendaciones que ofrece el informe, como alentar a los gobiernos a implementar políticas para reducir el riesgo y mejorar la viabilidad económica de los proyectos de hidrógeno de bajas emisiones que aceleren las inversiones. También son necesarias políticas para crear demanda de hidrógeno de bajas emisiones en aplicaciones clave ya en uso y nuevas; colaboración público-privada para acelerar el desarrollo de las infraestructuras de hidrógeno, tanto las nuevas como las ya existentes, y alinear las acciones a corto plazo (seguridad de suministro) con los planes a largo plazo (adaptando las infraestructuras).

Respecto a intensificar la cooperación internacional para desarrollar el comercio de hidrógeno, la AIE propone la definición conjunta de estándares relativos a las emisiones en la producción y el transporte de hidrógeno, certificaciones comunes, desarrollo de las infraestructuras necesarias y la eliminación de barreras regulatorias, dentro de un marco regulatorio que sea flexible para ayudar al desarrollo de estos primeros proyectos.

Descargar el informe en: https://www.iea.org/reports/global-hydrogen-review-2022


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