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Memoria 2018

Edición de 2018

Desde la publicación de la última memoria, nos ha tocado vivir un año complejo, especialmente en el ámbito político, donde podríamos señalar como muestra el Brexit o el nuevo Gobierno en España). Respecto al ámbito económico, terminamos el año 2018 creciendo a niveles importantes. Nuestro PIB aumentó un 2,5%, por encima de la media de la eurozona, que tuvo un crecimiento del 1.8%. Sin embargo, hemos empezado 2019 con cierta desaceleración, no solo en España, sino a nivel mundial, que en gran parte va ligada a las incertidumbres geopolíticas.

En nuestro sector, 2018 se caracterizó por el debate continuado sobre cómo afrontar la transición energética, contando con el compromiso de toda nuestra industria, que sigue las pautas que va marcando la comunidad internacional y, en particular, la Unión Europea.

Ha sido un año en el que hemos continuado avanzando en los desarrollos tecnológicos necesarios para la transformación de nuestro sector hacia un modelo más sostenible, que incluye renovables, almacenamiento, eficiencia, transporte o digitalización, entre otros. Además, en la última COP, celebrada en Katowice, se logró progresar en un área muy importante, acordando gran parte del “Libro de Reglas”, necesario para comenzar a aplicar el Acuerdo de París sobre cambio climático. Tampoco podemos olvidar los avances en materia de acceso a la energía, con un dato muy positivo: en 2018, la cifra total de personas sin electricidad bajó por primera vez de mil millones.

No obstante, a pesar de los esfuerzos y los notables avances conseguidos, las emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía han seguido aumentando. Según las estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía, el incremento ha supuesto el 1,7% en 2018, alcanzando un nivel histórico de 33 gigatoneladas (Gt) de CO2. Esto ha sido consecuencia principalmente del crecimiento de la demanda energética, que en 2018 fue del 2,3% respecto a la de 2017, lo que supuso el mayor incremento de la última década. Los principales motores de este aumento han sido la robustez de la economía global y las mayores necesidades de energía para calefacción y refrigeración en algunas regiones. 

De todas formas, es evidente, como nos alertaba el IPCC en su último informe de octubre 2018, que son necesarios aún mayores esfuerzos y acciones en todas las áreas. La Comisión Europea lo tiene claro y durante 2018 ha seguido abanderando la lucha contra el cambio climático, convencida de que el crecimiento económico no es opuesto a la mejora del medio ambiente. Sirva como prueba el dato de que, entre 1990 y 2016, el PIB de la UE creció un 53%, mientras que las emisiones de CO2 bajaron en un 23%. El hito más significativo alcanzado por la Comisión en este periodo ha sido conseguir cerrar su Paquete de Invierno “Energía limpia para todos los europeos”, que incluye revisiones y propuestas legislativas sobre eficiencia energética, renovables, diseño de mercado eléctrico, seguridad de suministro y reglas de gobernanza. Se trata de un gran número de medidas que va a marcar nuestro futuro energético durante la próxima década. A ello hay que añadir, además, los avances en materia de movilidad, así como la publicación, en noviembre de 2018, de la hoja de ruta hacia una economía neutra en carbono en el año 2050, objetivo de la estrategia “Un planeta limpio para todos”.

Mientras tanto, en España asistimos a un cambio de Gobierno en junio de 2018 y la creación por primera vez de un Ministerio para la Transición Ecológica, con competencias de medio ambiente y energía. La primera actuación del Ministerio para la Transición Energética fue el Real Decreto 15/2018, del 7 de octubre, con medidas urgentes para la transición energética y la protección de los consumidores, con el que, además de afrontar el incremento del precio de la electricidad, abordó temas como el bono social o el autoconsumo. Aunque con algún retraso respecto al calendario previsto, España ha cumplido con su compromiso de enviar a Bruselas el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) el 22 de febrero. El Plan ha venido acompañado del Anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética y de la Estrategia de Transición Justa. Estos tres elementos forman juntos el Marco Estratégico Energía y Clima, actualmente en discusión y valoración por parte de los distintos agentes. Creo que es una buena noticia tener estos documentos sobre la mesa. Ahora es necesario buscar el consenso económico-social y, sobre todo, el consenso político. 

Al margen de estas medidas, han sido muchos los temas acontecidos en nuestro sector desde nuestra última memoria de actividades, relacionados por ejemplo con las subastas de energías renovables, la ejecución de los proyectos, el autoconsumo, el bono social, la movilidad o temas quizás más controvertidos como el plan nuclear o el relativo al cierre de algunas instalaciones de generación eléctrica. 

Todos ellos han marcado las diversas actividades desarrolladas por el Club durante este último año, que se recogen en la memoria 2018 y que incluyen la celebración de 45 jornadas, a las que asistieron más de 5.600 personas. Además, los 50 cursos y másteres que hemos celebrado en 2018 han superado los 700 alumnos, destacando no solo las temáticas más tradicionales, relacionadas con Negocio, Derecho y Finanzas, sino también los nuevos cursos que se han puesto en marcha durante el pasado año y que versaron sobre materias novedosas como, por ejemplo, la financiación de energías renovables, la ciberseguridad o blockchain. Unas cifras que muestran un aumento notable respecto a las cifras del año pasado.

Durante 2018, hemos estado en Santa Cruz de Tenerife, Santiago de Compostela, Sevilla, Bilbao, Avilés y Mérida, donde han participado las principales autoridades locales y autonómicas y donde hemos sido recibidos con mucho interés. También hemos seguido trabajando en los estudios, tanto en los nuevos que se han puesto en marcha, como financiación, digitalización, innovación y usos no energéticos, como en los tradicionales de Energía y Geoestrategia, Cuadernos de Energía y Balance Energético.

Destacamos especialmente las iniciativas relacionadas con nuestro afán de conseguir en el sector una mayor inclusión y consideración de los jóvenes y las mujeres. En este ámbito, creo que es fundamental nuestro apoyo a la Asociación Español de Mujeres de la Energía (AEMENER), cuyo acto de presentación se celebró en nuestra sede el pasado 15 de noviembre.  Respecto a los jóvenes, también hemos conseguido avanzar gracias a la celebración de varios encuentros con ellos y se está trabajando en un plan para la puesta en marcha en un futuro próximo de una red global de jóvenes del sector energético.

Durante 2018 hemos seguido sacando el máximo provecho de la cooperación que tenemos con instituciones de referencia (AIE, el WEC o el WPC). Además, hemos iniciado a colaborar con otras organizaciones como, por ejemplo, la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA), la Organización de Países Exportadores del Petróleo (OPEP) o el Electrical Power Research Institute (EPRI).

Respecto a nuestras actividades académicas, estas siguen consolidándose, el dinamismo del sector energético obliga a recibir una formación continuada, se han puesto en marcha cursos más cortos sobre materias de actualidad, respondiendo así a las nuevas realidades del sector. Destacamos los cursos relacionados con la digitalización y sus diferentes aplicaciones, o aquellos vinculados con la financiación de renovables o los PPAs, contando todos ellos con un importante número de alumnos.

CONTENIDOS

  • Carta del presidente
  • 2018, un año de nergía
  • Actos institucionales, jornadas y seminarios
  • Formación
  • El site de Enerclub
  • Enerclub en el mundo
  • Órganos de gobierno
  • Miembros del Club
  • Cuestas de gestión y balance de situación

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