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US Energy Information Administration´s Energy Outlooks

El pasado 11 de febrero tuvo lugar la presentación de la US EIA entorno a las diferentes publicaciones de la Agencia, en concreto, su Short Term Energy Outlook (STEO), el International Energy Outlook (IEO) 2020 y el Annual Energy Outlook (AEO) 2021, con la intervención de John Staub, Senior Advisor for Energy Analysis. En el encuentro virtual, seguido por 80 personas, también han participado Erica G. Magallon, Agregada de Asuntos Económicos de la Embajada de Estados Unidos en España, y Arcadio Gutiérrez, director general del Club Español de la Energía.

Los informes de la EIA están marcados por la incertidumbre que genera la pandemia. La fuerte caída de la demanda de energía en 2020 condujo a menores emisiones de gases de efecto invernadero, disminución de la producción de energía y, en ocasiones, a la volatilidad de los precios de las materias primas. El ritmo de recuperación económica, los avances tecnológicos, los cambios en los flujos comerciales y los incentivos energéticos, determinarán cómo Estados Unidos producirá y consumirá energía en el futuro, según la EIA.

En concreto, el AEO2021, referido al análisis prospectivo del sector energético estadounidense, presenta tres casos (el de referencia -el principal-, de alto crecimiento económico y de bajo crecimiento económico), atendiendo a aspectos políticos, económicos, demográficos y tecnológicos, que analiza hasta 2050. En el caso de referencia, asume que las leyes y regulaciones vigentes a septiembre de 2020 permanecen sin cambios y fija el Producto Interior Bruto (PIB) estadounidense en el 2,1%. En el escenario de alto crecimiento económico, estima un PIB del 2,6%, y del 1,6% en el caso de bajo crecimiento económico.

El precio del crudo Brent para 2050 será de $95 por barril, en el caso de referencia; de $173/b en el caso de alto crecimiento económico, y de $ 48/b en el de bajo crecimiento.
Con estos indicadores, el AEO2021 destaca, entre sus principales conclusiones:

Alcanzar los niveles de 2019 respecto al consumo de energía en Estados Unidos llevará años.

El consumo de energía disminuyó más rápido que el Producto Interno Bruto en 2020, y el ritmo al que ambos volverán a los niveles de 2019 es incierto. La EIA estima que podrá recuperarse en 2029, dependiendo en gran medida del ritmo de recuperación económica. En el caso de bajo crecimiento económico, el consumo de energía no volverá a los niveles de 2019 hasta 2050.

La energía utilizada en la industria y la energía eléctrica impulsan la mayoría de los aumentos en el consumo de energía estadounidense.

Las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la energía siguen disminuyendo, pero comenzarán a crecer a partir de 2035 en el caso de referencia.

Los incentivos a las energías renovables y el descenso en los precios de estas tecnologías, hacen que se consoliden junto al gas natural en el mix eléctrico, frente al carbón y la energía nuclear que disminuyen.

La EIA estima que la demanda de electricidad volverá a los niveles de 2019 a partir de 2025, con un crecimiento lento. Las tecnologías de generación eléctrica renovable representarán casi el 60% del aumento de la capacidad entre 2020 y 2050, impulsadas por la energía solar fotovoltaica, la eólica, y el gas natural. La participación de las energías renovables en el mix de generación de electricidad se duplicará en 2050, aumentando más rápidamente que la demanda total de electricidad hasta ese año. La cuota de gas natural se mantendrá en el 36%, y la del carbón y la nuclear se reducirán aproximadamente a la mitad, en el caso de referencia.

La continua producción de energía en Estados Unidos, refuerza las exportaciones de gas natural, pero no siempre se traduce en un crecimiento relativo a los productos petrolíferos.

La EIA pronostica que Estados Unidos seguirá exportando más petróleo y gas natural de lo que importa, pero el equilibrio entre importaciones y exportaciones será muy sensible a factores como la oferta y la demanda, y los precios. El alto nivel de suministro de petróleo y gas natural o los elevados precios del petróleo, podrían aumentar la producción nacional y las exportaciones netas. Si se mantienen esos niveles, Estados Unidos exportaría más energía de la que importa hasta 2050.

La cantidad de petróleo procesado en las refinerías de Estados Unidos disminuyó en 2020 debido a la menor demanda de combustibles en el transporte, pero se prevé que en 2025 vuelva a los niveles de 2019.

La gasolina sigue siendo el principal combustible derivado del petróleo, aunque se observa una tendencia creciente en el consumo de biocombustibles en los vehículos privados.
El crecimiento del consumo de gas natural entre 2020 y 2050 se concentra en dos áreas: exportaciones y uso industrial.


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