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Presentación del Informe del GTM* sobre cambios en el Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación

El Club Español de la Energía presentó el pasado 17 de septiembre el informe sobre la situación del sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación, elaborado por el grupo de trabajo multidisciplinar que asesora al ministerio de Ciencia e Innovación para temas científicos relacionados con el Covid-19.

Contó con la participación de José Molero, director de la Cátedra de Estudios de la Innovación de la Universidad Complutense de Madrid y de Enric Banda, Senior Advisor, del Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona, presentados por Arcadio Gutiérrez, director general de Enerclub.

Arcadio Gutiérrez calificó este informe de ambicioso, ya que aboga por rehacer el sistema de I+D+i, incluyendo, entre otros temas, una nueva relación entre el sector público y el privado. Además, apuesta por la investigación y la innovación como salida a la crisis a corto y largo plazo. “Algunas de las medidas propuestas en el documento”, afirmó, “están en línea con el estudio sobre Tecnología e Innovación, elaborado por Enerclub, que fue presentado el pasado mes de junio”.

José Molero explicó que este informe pretende configurar el futuro, ya que las carencias que tenía el sistema de I+D+i, se han puesto de manifiesto a raíz de la Covid-19. Las inversiones realizadas en los últimos años en el ámbito de la I+D+i, han caído a niveles anteriores a los años 60, tanto los fondos públicos como los privados.

spaña ocupa una de las peores posiciones entre los países de la OCDE. “Hay que acometer una reestructuración urgente y profunda”. Contamos con buenas empresas y con una comunidad educativa y científica muy buena, lo que falla es la interrelación entre éstas. Señaló que hay que invertir más, no se puede hacer todo a casi coste cero.

La tasa de ejecución del presupuesto mínimo del que se dispone, apenas ha estado por encima del 35%. Tenemos un grave problema de gestión, con unas normas y una burocracia “insufrible”, por lo que es difícil ejecutar el escaso presupuesto.

Enric Banda se refirió a los recursos humanos centrados en tres aspectos: cambiar el sistema productivo actual, mejorar la calidad, y la cantidad de los equipos. “El sector público está envejecido, las universidades siguen expuestas al problema de la endogamia, con un sistema de selección que no es bueno”. El informe aboga por comités internacionales de selección de personal; mayor relación entre el sector público y privado, y por incentivar la inversión. Todo esto requiere cambios en la normativa, con las dificultades que conlleva por su rigidez. En cuanto a las infraestructuras, tanto educativas como industriales, señaló que son buenas.

Para mejorar el sistema productivo, afirmó que la industria debe tener mayor contenido tecnológico. Para hacer esto bien en los próximos años, hace falta una estrategia que priorice, “no vale el café para todos”. Señaló las oportunidades que ofrecen los fondos europeos de reconstrucción.

El informe propone un consejo nacional de ciencia e innovación, dependiendo de presidencia del Gobierno, para implicar así al país y convertir la ciencia y la tecnología en proyectos tractores, con un enfoque transversal y alineado con las necesidades sociales.

Durante la mesa redonda que tuvo lugar a continuación, moderada por Ana Padilla, coordinadora de Proyectos de la Secretaría Técnica de Enerclub, los ponentes expusieron diversas cuestiones.

Ramón Bobes, jefe de Estudios de EDP España, se centró en cómo mejorar la interrelación entre la administración, la investigación y el sistema productivo y citó algunas de las iniciativas puestas en marcha desde EDP, como el acuerdo con la Universidad de Oviedo; la comisión constituida con la administración, sindicatos, universidad, empresas, para valorar el impacto de la transición energética en Asturias; o el impulso de proyectos innovadores relacionados con el sector energético.

Santiago López, director del Instituto de Estudios de Ciencia y Tecnología de la Universidad de Salamanca, hizo referencia a la escasa movilidad de personal investigador entre el sector público y el privado y el problema que esto supone para el sistema de ciencia y tecnología y para la innovación. Señaló que este es uno de los principales aspectos que reforma la recién publicada estrategia estatal para los próximos siete años. La administración debe dar autonomía de gobernanza a las instituciones y  propone el sistema europeo, que así lo recoge.

Por su parte, Natalia Ruiz, gerente de Innovación Abierta y Proyectos Deep Tech de Repsol Technology Lab, indicó que uno de los objetivos de la nueva estrategia estatal es promover la investigación y la innovación en el tejido empresarial, ampliando el perímetro de las empresas innovadoras para aumentar la competitividad. Destacó tres medidas prioritarias para conseguir ese objetivo: Políticas que fortalezcan los vínculos entre ciencia y empresa; favorecer el emprendimiento y promover la creación de fondos desde la fase más temprana del emprendimiento; y, en tercer lugar, generar ecosistemas de innovación.

Por último, José María Insenser, consultor y asesor de empresas y proyectos de base tecnológica, fundador de la empresa Semiconductores Investigación y Diseño (SIDSA), señaló las barreras que existen para que el sector privado no invierta más en innovación, como el pequeño tamaño de las empresas que no pueden acogerse a ayudas. A su juicio, la colaboración con el sector público es fundamental para romper esta limitación. También citó la digitalización, que ayudará como tractor en este aspecto, los recursos humanos y las ayudas directas, no créditos, sobre todo en la fase inicial de I+D. Apostó por la compra pública innovadora.

Puedes acceder al informe en el siguiente enlace: Informe del GTM1 sobre cambios en el Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación (SCTI)


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