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En la publicación, colaboraron más de 20 autores bajo la coordinación de María Luisa Castaño, directora general de Investigación e Innovación Tecnológica de la consejería de Ciencia, Universidades e Innovación de la Comunidad de Madrid; Eloy Álvarez Pelegry, académico de número de la Real Academia de Ingeniería; Ana Padilla, coordinadora de Proyectos del Club Español de la Energía, y Francisco Javier Alonso, consultor independiente y experto en innovación y energía.
Arcadio Gutiérrez, director general del Club Español de la Energía, fue el encargado de abrir la sesión. Explicó que en estos últimos meses, Enerclub ha celebrado varios webinar focalizados en su mayoría en el impacto de la crisis derivada del Covid-19 en los sistemas y mercados energéticos. Sin embargo, en las últimas semanas, coincidiendo con el comienzo de la desescalada, los seminarios organizados por la Asociación se centran más en temas de futuro, “importantes de cara a los planes de reactivación económica, y al papel que el sector energético puede jugar en ellos, como el estudio que hoy presentamos”.
Los coordinadores del estudio presentaron sus principales conclusiones. María Luisa Castaño, destacó la importancia de contar con industrias y tecnologías propias, y de no abandonar el apoyo a la I+D+i en el campo energético. Entre sus recomendaciones: “no debemos hacer políticas aisladas. Hay que aliar las políticas industriales y la I+D+i a las políticas energéticas para conseguir una transición energética exitosa”.
También se refirió al papel que tienen en esta materia las medidas políticas y de regulación, así como las administraciones públicas, y resaltó la relevancia de contar con un marco regulatorio estable y predecible a largo plazo; políticas y hojas de ruta consensuadas; y aumento de la cooperación público privada.
Eloy Álvarez Pelegry, se centró en el papel de la tecnología en la transición y su enfoque en países de nuestro entorno: Alemania, Francia, Reino Unido, Noruega y Suecia, además de Estados Unidos y China. En estos países, se refleja la relación entre la I+D+i, y las políticas industriales y energéticas. También se refirió a algunos de los elementos necesarios para el desarrollo de una política industrial.
Ana Padilla, expuso en su intervención el sistema de I+D+i y las políticas tecnológicas e industriales en la UE y en España. Destacó la fortaleza y el buen posicionamiento de nuestro país tanto a nivel europeo como internacional. Entre sus conclusiones, resaltó la importancia de mantener la apuesta por la I+D y la innovación, “siempre amenazada en momentos de crisis como el que estamos viviendo”; y la necesaria colaboración público-privada, en especial, el nexo universidad – empresa.
Francisco Javier Alonso, presentó el estado actual de cada tecnología energética, sus retos y oportunidades, y los aspectos clave para que estas lleguen a los mercados. Destacó la necesaria inversión en tecnología a corto y medio plazo, teniendo en cuenta el retorno al país, aunque este retorno no siempre es muy inmediato. Apostó por tener una visión internacional. “Sólo podemos avanzar en los objetivos medioambientales manteniendo la seguridad de suministro, además de la competitividad, apoyados en la tecnología”.
A continuación, tuvo lugar una mesa redonda sobre el papel de la innovación y la industria para la recuperación económica post Covid-19, en la que participaron, por orden de intervención: Mercedes Ballesteros, directora del departamento de Energía del CIEMAT; Félix Marín, responsable de Desarrollo y Transferencia de Tecnología de IMDEA Energía; Mikel Lasa, Managing Director de Kic Innoenergy Iberia; Emiliano López Atxurra, presidente de Petronor/Tecnalia, y José Molero, catedrático de Economía Aplicada en el Instituto Complutense de Estudios Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid.
Todos ellos se refirieron al importante papel que tiene la I+D y la innovación en la reactivación de la economía, así como al de los organismos públicos en el impulso tecnológico y su relación con la industria privada en esa reactivación. Abogaron por fomentar la colaboración entre las entidades de investigación y la industria para favorecer el desarrollo. La inversión, es la pieza clave en el avance de la tecnología, así como la “colaboración del conocimiento mutuo” entre empresas y centros de investigación.
Hablaron sobre el contexto europeo actual en materia de política tecnológica e industrial. Destacaron la relevancia de “comunidades” donde se relacionan universidades, centros tecnológicos, escuelas de negocios y empresas, cuyo objetivo es trasladar estos conocimientos al mercado. Explicaron algunas experiencias de éxito a nivel europeo. Estos ecosistemas funcionan cuando todos los agentes están activos.
Además, señalaron el papel relevante que juega la industria energética en la reactivación económica, y expusieron su visión sobre la política tecnológica energética necesaria en España, así como su conexión con la política industrial. “La recuperación económica es equivalente al liderazgo tecnológico e industrial”. Innovación e industria juegan un papel fundamental en la transición energética. Es necesaria una estrategia.
“La industria es clave para la economía y la economía es clave para la industria”. La industria es un importante inversor y consumidor de innovación y es un sector fuerte en épocas de crisis. En España, el tejido industrial está formado mayoritariamente por microempresas y debemos fomentar sectores especializados. Hay que invertir más en política industrial, mayor gestión, refuerzo de la compra innovadora. La universidad debe estar ligada a ciencia e innovación para generar e intercambiar conocimiento.