El libro pretende concienciar al ciudadano, protagonista principal, de cómo el uso que se haga de la energía en las ciudades va a ser determinante para superar algunos de los grandes desafíos de la humanidad: cobertura de la demanda energética, bienestar social y sostenibilidad medioambiental.
El estudio realizado por Enerclub, en colaboración con 125 autores que representan a cerca de 50 compañías, instituciones y administraciones locales y regionales, ofrece alternativas tecnológicas y posibles medidas para que el ciudadano, debidamente informado y dependiendo de sus necesidades, pueda tomar sus propias decisiones y adoptar las mejores prácticas en su día a día, para alcanzar un modelo energético más sostenible.
Antonio Gomis, Coordinador General del libro, fue el encargado de exponer las principales cuestiones analizadas en el mismo, así como sus conclusiones que resume en una sola frase: “la humanización de la energía”.
Comenzó su intervención, recordando que la energía constituye el motor de la sociedad, del desarrollo y del bienestar, y su disponibilidad ha sido y es determinante para tener un nivel óptimo de calidad de vida.
Sin embargo, si continuamos con las tendencias actuales, en 2050 la demanda urbana de energía aumentará un 70%, las emisiones urbanas de CO2 crecerán un 63%, con su correspondiente impacto en el aumento de las temperaturas (impacto global), y también crecerán las emisiones de otros productos de la combustión que afectan a la calidad del aire (impacto local, en las ciudades).
En este sentido, Gomis afirmó que los ciudadanos, a través de sus acciones, son clave para avanzar en la sostenibilidad energética de las ciudades. En referencia a las ciudades españolas, destacó que donde más energía se consume, es en los sectores transporte y residencial que representan el 59% del consumo energético final. En la vivienda casi todo el consumo se concentra en la calefacción, los electrodomésticos y el agua caliente.
Disponer de esta información es importante para poder gestionar adecuadamente las ciudades, así como sus retos y oportunidades, pero los datos disponibles actualmente son muy limitados. Por esta razón, el estudio selecciona 109 ciudades españolas y analiza, de forma individual y agregada, los consumos energéticos de los hogares y del transporte en las mismas, correlacionándolos con variables relevantes (población, densidad, renta y clima) para ayudar a establecer pautas de consumo.
En el avance hacia ciudades más sostenibles, el fomento del transporte colectivo terrestre tiene un papel crucial, dados sus múltiples beneficios tanto desde el punto de vista social, como económico y medioambiental.
Respecto al vehículo propio, el estudio aconseja una conducción más eficiente del mismo, un mantenimiento regular y la sustitución de viejos vehículos. Sustituir un vehículo de más de 10 años por uno nuevo, produciría un ahorro de más del 25% en consumo y emisiones o, incluso, llegar a eliminar las emisiones durante la conducción, como en el caso de los vehículos eléctricos.
También es relevante aprovechar los últimos avances tecnológicos, tanto en los motores de combustión interna, que usan gasolina, diesel, GLP o gas natural, como en los eléctricos. En 2020, la UE ha marcado un límite de 95 gCO2/km para los nuevos vehículos, “asumible con las tecnologías actuales”, concluyó Gomis.
Los edificios representan el otro sector fundamental para mejorar las condiciones de vida en la ciudad. Más del 54% de las viviendas fueron construidas antes de 1980, por lo que su rehabilitación es clave en este proceso. Medidas como mejorar el aislamiento térmico de nuestra casa, la integración de renovables o utilizar electrodomésticos de alta eficiencia, pueden suponer entre un 50 y 75% de ahorro energético. En el caso del uso de bombillas LED, el ahorro puede llegar hasta el 90% con respecto a las tradicionales.
Concluyó este apartado mencionando que la huella de carbono que puede dejar un ciudadano concienciado y con buenas prácticas energéticas puede ser muy inferior a la de otro con peores prácticas. Por eso, “la concienciación y acción del ciudadano son clave para conseguir estos objetivos”.
En la clausura, intervino el Secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, así como Borja Prado Presidente de Enerclub.
Borja Prado incidió en la idea de que el uso que se haga de la energía en las ciudades es clave en el proceso de transición hacia un modelo energético más sostenible, Las acciones de los ciudadanos en su día a día, son las únicas que pueden hacer alcanzar los objetivos pretendidos. “Las tecnologías existen, pero el uso que se haga de ellas y la adecuada elección de las opciones disponibles marcarán la diferencia”.
La energía es un vector esencial que contribuye al desarrollo de nuestra sociedad. Los diferentes bienes y servicios que aporta son utilizados de manera continuada en nuestro quehacer diario, siendo determinantes para alcanzar niveles óptimos de calidad de vida. “La búsqueda de equilibro entre su valiosa aportación y su contribución con soluciones a los retos de cambio climático y de calidad del aire, no es una tarea sencilla. El debate sobre estos temas está en el escenario público, muy especialmente en Europa y en sus ciudades”, concluyó.
El Secretario de Estado de Energía, Daniel Navia, ha señalado la importante contribución que supone este libro al debate sobre la transición energética hacia un modelo energético más sostenible.
La eficiencia energética (orientada fundamentalmente a edificios) y la movilidad urbana sostenible (incentivar el uso del vehículo eléctrico), “son los dos ejes principales sobre los que estamos orientando la política energética”, señaló.
Para concluir, sobre la movilidad urbana destacó cuatro puntos: continuar con la promoción de la demanda del vehículo eléctrico manteniendo los incentivos económicos; apoyo al desarrollo de infraestructuras de recarga; reforma de la figura regulatoria del gestor de recarga y, por último, invertir en el desarrollo de proyectos relacionados con las tecnologías presentes en el vehículo eléctrico y en el sector energético.